sábado, 28 de febrero de 2009


El último minuto

Tras el golpe final se encontraba en el suelo. De tantos golpes que había recibido ya ni oía el bullicio de la multitud, ahora la lucha era entre su cuerpo y él. Sabía que si se volvía a levantar le golpearían de nuevo, así que optó por abrir ligeramente los ojos, pero no pudo. Sus ojos eran ahora dos pelotas de beisbol ensangrentadas. De una arcada escupió una mezcla de sangre, tierra, saliva y un diente en su último estallido de vida. De tantas heridas que tenía, ni las notaba, sólo percibía que colgaba de un hilo de seda, el cual podría romperse en el momento menos pensado. Mientras moría, en su interior tatareaba esta estrofa:

Se encuentra en ese cuerpo malherido,
Que nunca dudó en arriesgar,
Su vida de pos de un sueño,
Que ya no conseguirá,


Que tengan claro en sus mentes
Que yo jamás me rendí!!!
Veo venir una dama
Sonriendo hacia mí.

Si esa dama es la Muerte...
¿Quién tiene miedo a morir?



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